Terapia Anti-Estrés
La terapia anti-estrés es esa que te servirá para cuando sientas que estás bloqueado. Todo el mundo se siente deprimido de vez en cuando, por lo que no siempre es fácil saber cuándo es parte integral de la vida diaria y cuándo es el momento de buscar ayuda. En la mayoría de los casos, es a corto plazo y se corrige solo, pero para una minoría significativa esto no es lo correcto. Para esas personas, es importante buscar tratamiento como lo haría con cualquier otra condición de salud.
Aquí discutimos seis señales de advertencia que, juntas, podrían indicar que es hora de buscar ayuda profesional.
¿Cuáles son los signos?
- Se ha sentido deprimido o irritable la mayor parte del día, todos los días durante dos semanas o más. Es posible que te hayas preocupado por eventos pasados o futuros durante largos períodos de tiempo, o simplemente sintiéndote triste, enojado o lloroso. A veces es difícil reconocer un cambio gradual. ¿Otros han notado que no pareces ser el mismo de siempre?
- Has perdido interés en actividades que solías disfrutar. Tal vez haya estado viendo menos a sus amigos o familiares recientemente, haya dejado de ir al gimnasio o de cocinar comidas balanceadas. Realmente se trata de reconocer los cambios en lo que es normal para ti: nadie dice que tengas que hacer ejercicio cinco veces a la semana o comer verduras, pero los cambios en tu rutina pueden ofrecer indicaciones concretas de que tu estado de ánimo está cambiando.
- Estás luchando por concentrarte. Puede notar que le cuesta concentrarse cuando lee o mira televisión, por ejemplo, o para seguir el hilo de una conversación hablada. Esto podría estar afectando su desempeño en el trabajo o limitando su capacidad para realizar tareas rutinarias, como comprar alimentos. Una vez más, estamos buscando un cambio en lo que es normal para usted, por lo que si la concentración siempre ha sido algo que le resulta complicado, no hay motivo de preocupación.
No te preocupes por adelantado por lo que quizá nunca suceda
—Vive el día a día
La depresión, como muchas afecciones de salud mental, sigue la “regla de los tercios”: un tercio de los pacientes se recuperará por completo, un tercio responderá parcialmente al tratamiento y un tercio no se beneficiará del tratamiento en absoluto. Su edad, la duración de sus síntomas, tener antecedentes familiares de depresión y las dificultades de salud mental o física concurrentes pueden afectar su pronóstico. Algunos investigadores creen que hay evidencia de un efecto de “cicatrización”, donde la probabilidad de sufrir una recaída en la depresión aumenta con la cantidad de episodios que ya ha tenido. También existe un mayor riesgo de suicidio asociado con la depresión severa.